Portugal enfrenta una crisis de incendios forestales que ha dejado al menos cuatro personas fallecidas y 50 heridas, entre ellas 33 bomberos. La situación ha llevado al Gobierno a extender la alerta por incendios hasta el final del jueves, en un intento por controlar las llamas que han devastado principalmente el norte y el centro del país.

Más de 4,900 efectivos, apoyados por 1,500 vehículos terrestres y 19 aeronaves, están luchando contra los fuegos que ya han consumido alrededor de 10,000 hectáreas. Sin embargo, se estima que el potencial de expansión podría alcanzar otras 20,000 hectáreas si no se logra contener la situación. La zona más crítica se encuentra entre el distrito de Aveiro y el área metropolitana de Oporto, donde se ha activado un plan de emergencia debido a la gravedad de los incendios.

Para reforzar los esfuerzos de extinción, dos aviones Canadair han sido enviados desde España bajo el Mecanismo Europeo de Protección Civil, realizando 20 descargas en la región de Sever do Vouga. Se espera la llegada de otros cuatro medios aéreos de Francia e Italia a partir de este martes, así como dos aviones de Grecia el miércoles, todos coordinados a través de esta iniciativa comunitaria. La lucha contra las llamas continúa mientras las autoridades trabajan para proteger vidas y limitar daños adicionales.